Texto leído en el Círculo del 7 de febrero en Almería
“No hay cuchillas
que frenen el ansia de vivir”
La muerte de inmigrantes en pateras o cuando
intentan pasar la frontera española en Ceuta y Melilla es tan frecuente que
casi se convierte en una rutina a la que nos acostumbramos.
¿No le parece que hay que decir una vez más basta ya!
Usted ha oído hablar de las concertinas,
¿verdad? Entonces, sabrá que se trata de un peligroso refuerzo de vallas de
seguridad con cuchillas muy cortantes, que pueden llegar a causar heridas
graves y hasta letales.
Los inmigrantes que llegan a Ceuta y Melilla huyendo de
la pobreza, de la violencia o de la guerra, cuando pueden llegar y como si se
tratara de delincuentes o enemigos de guerra, eso es lo que se encuentran,
después de superar innumerables peligros y penalidades desde sus países
subsaharianos o desde el Magreb.
Son
muchas las voces que se han alzado ya en demanda de un control de las fronteras
que salvaguarde las vidas y proteja los derechos humanos y en contra de prácticas
crueles e injustificables, que añaden sufrimientos y causan pérdidas de
vidas. Queremos llamar la atención, una vez más, sobre que tratar de impedir la
llegada de inmigrantes solamente a través de medidas represivas y violentas, es
UNA PRÁCTICA CONTRARIA A LOS DERECHOS HUMANOS.
Usted
sabe que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han
originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad; en
cambio, el reconocimiento de la dignidad intrínseca de toda persona y el
reconocimiento de la igualdad de todos los miembros de la familia humana es la
base de la libertad, la justicia y la paz en el mundo. Pero ello no será real
mientras no sea real el respeto a los derechos humanos inalienables de toda
persona.
Solo queremos recordar, junto
con usted, algunos de los derechos que con frecuencia se vulneran en la gestión
del control de fronteras:
1. Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
2. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado, a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.
3. Y, en caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.
4. Toda persona tiene derecho a una nacionalidad y a nadie se puede privar arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad.
5. Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Sabe usted que ello se basa en que todos los seres humanos nacen libres e
iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia,
deben comportarse fraternalmente los unos con los otros. Y en que toda persona
tiene todos los derechos y libertades proclamados en la Declaración Universal,
sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política
o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica,
nacimiento o cualquier otra condición.
Finalmente,
toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional
en el que los derechos y libertades proclamados en la Declaración se hagan
plenamente efectivos.
Si usted comparte estas
convicciones, le pedimos que firme la petición de que el control democrático de
las fronteras se lleve a cabo salvaguardando las vidas humanas y respetando los
derechos humanos.
Estaremos el jueves 20 de febrero en la Universidad de Almería y el Sábado 22 en la Plaza del Educador de Almería, entre las 11:00 y las 13:45
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