CÍRCULO DE SILENCIO DE SEPTIEMBRE. ROQUETAS DE MAR, ALMERÍA
Una vez más nos reunimos aquí para solidarizarnos con todas las personas que
vienen a España en busca de una vida mejor. Queremos con esta acción no violenta
hacer oír la voz de las personas que han muerto en sus viajes por el mar
Mediterráneo hacia Europa y de todos aquellos que aguardan en el monte Gurugú
un momento propicio para saltar esa valla cargada de cuchillas que separa el
1er y el 3er mundo.
Este verano, como tristemente viene ocurriendo, ha sido trágico, ya que las
buenas temperaturas hacen que aumente el número de personas que arriesgan su
vida para alcanzar la costa europea.
Queremos recordar los 100 inmigrantes muertos naufragados frente a las
costas de Libia el 31 de Agosto, de los que solamente se han podido recuperar
40 cadáveres.
Es necesario saber que estar personas arriesgan su vida y son conscientes
de ello. Empujados por la miseria, el dolor, la enfermedad y el hambre, persiguen
el sueño de mejorar aunque sea comiendo las migajas que se caen de nuestro
plato, pero se encuentran con apaleamientos nocturnos por parte de la policía
de marruecos, cuchillas que les hieren gravemente, el frío del mar, y con la
posibilidad de naufragar y morir.
Ante estas tragedias, a los gobiernos de Italia, de España, y Europa en
general, solamente se les ocurre sacar un plan, llamado “Frontex Plus”, que va
a significar un aumento del presupuesto en defensa y seguridad y una mayor
presencia de carabineros y guardias civiles en las aguas territoriales de ambos
países.
Desde aquí queremos gritar que las muertes en el Mediterráneo no se acaban
con más fragatas, aviones y drones, sino facilitando las condiciones de vida de
las personas que viven en otros países. La inmigración no es un mal, los
fenómenos migratorios datan de los primeros pasos de la humanidad por la
tierra.
No se acaba con la inmigración a base de balas y vallas, sino atacando las
causas, que son la miseria y la guerra; el paro y el hambre; la pobreza
estructural y la injusticia en los países en los que viven estas personas.
Un ejemplo de este cinismo es el que vemos en la actitud de nuestro
ministro de Interior, que ha acordado una mejor
coordinación policial entre Marruecos y España (y, por consiguiente más dinero
al reino alauí) tras la crisis de las pateras de este verano, donde varios
cooperantes de ONGs, como Helena Maleno, fueron apaleados junto a personas de
origen subsahariano que eran obligadas a salir hacia España desde territorio
marroquí. No hubo quejas ante el trato recibido a una ciudadana española, o
ante una vulneración de los derechos humanos, sino silencio.
Mediante estos acuerdos de colaboración, en la práctica estamos
subcontratando a la policía de Marruecos para que haga el trabajo sucio que
aquí y en otros sitios de España hoy denunciamos.
Tengamos presentes todas estas víctimas durante estos minutos de silencio
que vamos a empezar ahora y luchemos con esperanza para construir un mundo en
el que todos seamos de verdad hermanos. Comienza el círculo de silencio del mes
de septiembre.
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